miércoles, 30 de marzo de 2011

¿Imperialismo humanitario?

Por Juan José Dalton

San Salvador - En ocasiones uno se equivoca o quisiera equivocarse y creer en la buena fé de los poderosos. Pero los poderosos no tienen buena fé.

Recién recibimos la visita de Barack Obama a El Salvador. A diferencia de otros lugares y momentos, Obama fue recibido en mi país con alegría y entusiasmo, pero sobre todo con esperanza de que al fin los salvadoreños seremos vistos como socios y como amigos de los gringos, y no como peleles o como sus enemigos.

Obama visitó el lugar donde están depositados los sagrados restos mortales de Mons. Oscar Romero, asesinado por un ex mayor de inteligencia que fue entrenado por las escuelas militares de Estados Unidos para convertirlo en "maquinaria de muerte". Obama no pidió perdón por ello... Quienes mataron a  los jesuitas de la UCA también fueron entrenados por las academias gringas.

Quien manejaba un helicóptero de guerra, en medio de la ofensiva militar de octubre de 1981 en Chalatenango, y en el cual fui trasladado a San Salvador, junto a dos combatientes más después de haber sido torturados bárbaramente, era un soldado u oficial estadounidense.

Hay quienes dicen que los salvadoreños somos "anti-americanos". ¡No es cierto! Somos antimperialistas; estamos en contra el sometimiento y del menosprecio histórico que hemos sufrido de los poderosos, sean gringos o europeos... Pero no hay reconocimiento de todos estos males por parte de Washington ni de ningún otro centro de poder.

Hoy algo me confirma la duda que muchos sectores expresan hacia los yanquis. En El País y en otros periódicos europeos se han publicado fotos y videos de acciones verdaderamente espantosas que han realizado soldados estadounidenses en Afganistán, en nombre de la democracia y la libertad.

¿Cuál es entonces la diferencia con el pasado? Lo único que puedo expresar es mi tristeza frente al desengaño.




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