jueves, 27 de diciembre de 2007

Mil familias bajo cartones

SOYAPANGO - “Nosotros no tuvimos fiestas navideñas ni vamos a tener Año Nuevo, más que rezar para que Dios se apiade de todo este gentío pobre. Ahora somos más de mil familias que nos hemos trasladado a estos predios baldíos desocupados], porque no tenemos otros lugares adonde ir y aquí tenemos esperanza...”, dice Marta (no quiere revelar su apellido), de 36 años de edad, quien, con sus tres hijos pequeños, ha construido una casa de cartón en un terreno agreste y polvoriento ubicado a la orilla de una de las más importantes carreteras de acceso a la capital salvadoreña, San Salvador.

El 1 de diciembre de este año, apenas unas cuantas decenas de familias procedentes de varios lugares de El Salvador se instalaron este terreno, que estuvo abandonado durante décadas y que en el pasado fue un vertedero. En la actualidad se cree que es propiedad de una empresa canadiense. “Son más de 40 manzanas de terreno y a diario viene gente de todos los lugares: gente que vive debajo de los puentes o en las quebradas; los que se han quedado sin casas producto de los terremotos o diluvios; hay un grupo que fue estafado y lo perdió todo... En fin, somos gente que vive en la miseria, los más pobres de los pobres”, explica William S., un hombre al que la gente identifica como uno de los líderes de la que llama La Comunidad, donde la canción del venezolano Alí Primera Las casas de cartón tiene una impactante vigencia.

“Tenemos aproximadamente mil familias y unos 600 menores de edad, en su mayoría muy pequeños o que están siendo amamantados. Aquí la mayoría de familias han llegado a apartar un terrenito con la esperanza de que se les construya una vivienda digna, como dice la Constitución de la República, es a lo que tenemos derecho”, reivindica William S., aunque todavía no ve con claridad cuál será el futuro de estas personas que han construido sus casas con cuanta cosa han recogido de las calles: cartones, láminas, plásticos negros e incluso hierba.

Desde la carretera Panamericana, La Comunidad parece un campamento improvisado de damnificados de algún desastre natural. “En los últimos 30 años no hay precedentes de esto. Sólo recuerda situaciones anteriores de destrucciones por terremotos”, explica a EL PAÍS María Eugenia Pohl, ingeniera que trabaja con una constructora española en Nicaragua y conoce a fondo los problemas de infraestructuras de la región. La profesional agrega: “Esta situación sólo me recuerda al plantón que hizo un grupo de campesinos el año pasado en Managua. Ellos cientos de personas, incluidos menores de edad] tomaron durante meses los parques cercanos al centro de Gobierno para exigir atención y una indemnización por haber sido afectados por un insecticida agrícola Nemagón] en las plantaciones bananeras y que ha generado cánceres en ese grupo de personas”.

El pastor evangélico Lisandro Abarca, de las Asambleas de Dios y quien acompaña espiritualmente a La Comunidad, asegura que “es propicio, en este fin de año y después de las celebraciones de Navidad, que aquellos que tienen mucho y que se han dado gusto en los grandes centros comerciales se compadezcan de esta gente que no tiene nada, sino sólo necesidades”. El lugar carece de agua potable, electricidad y sistema de desagüe. “En poco tiempo, aquí habrá un foco de infección; el polvo y la variación del temperaturas de la época enferma a los niños. La falta de letrinas es grave”, advierte Abarca.

En El Salvador existe un déficit de más de 540.000 viviendas, en una población de menos de seis millones de habitantes, según la Asociación Salvadoreña de Ingenieros y Arquitectos (ASIA). La casi totalidad del segmento de la población que no posee una vivienda digna es porque no tiene capacidad de endeudamiento y carece de empleo formal. En toda la región centroamericana, desde Panamá a Guatemala, con más de 30 millones de habitantes, el déficit de vivienda es de más de 3,3 millones de unidades.

La situación social se agrava porque el 50% de la población de la región es pobre —la mitad de esta cifra se encuentra en situación de extrema pobreza—, escasea el empleo y, para colmo de males, es una zona que año tras año es víctima de desastres naturales como terremotos y huracanes. Además, especialmente en Guatemala, Honduras y El Salvador, se mantienen unos altísimos índices de inseguridad, crimen organizado y de la violencia ejercida por las pandillas llamadas maras, que están provocado nuevos fenómenos como migraciones hacia el extranjero y desplazamientos internos, según expertos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. (Publicado en EL PAÍS, de España: www.elpais.com ).

Autor: Juan José Dalton
Fecha: 26 de Diciembre de 2007.

viernes, 21 de diciembre de 2007

El 90% de la droga pasa por Centroamérica, según EE UU

SAN SALVADOR - La Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) dio a conocer ayer que por el territorio centroamericano y mexicano se traslada entre el 85% y 90% de los estupefacientes que se dirigen a EE UU, donde está el principal mercado para la cocaína que se produce en Suramérica, especialmente en Colombia.

Iván Ríos, agregado de la DEA en El Salvador, dijo en conferencia de prensa que El Salvador, así como la región centroamericana, sirve de "puente" para el traslado de la droga hacia el territorio de Estados Unidos por diversas rutas, especialmente por vía terrestre y marítima.

Añadió que en El Salvador se están investigando a "grupos" de personas que los carteles de Colombia y México están usando para el traslado de grandes cantidades de droga. "El Salvador tiene mejores carreteras, una amplia costa y su territorio es pequeño, por donde pueden salir y entrar con facilidad los narcotraficantes", apuntó Ríos.

En sus explicaciones comentó que los narcos entregan a los grupos que les ayudan en la localidad un porcentaje de la cocaína como recompensa. Los locales la venden después al menudeo en barrios y ciudades.

Las autoridades salvadoreñas se incautaron en 2007, con el asesoramiento de la DEA, de 4,4 toneladas de droga, valoradas en 102 millones de dólares.El pasado miércoles fueron incineradas casi dos toneladas de cocaína pura por un valor de 45 millones de dólares, decomisadas a narcos de origen colombiano y capturados el 24 de agosto.

Por otra parte, el embajador de Estados Unidos en San Salvador, Charles Glazer, prometió apoyar con más asesoría técnica y científica a las autoridades salvadoreñas para hacer frente al "problema de la seguridad, que es bastante serio".

Un informe de la policía entregado a diversos sectores empresariales constata que en 2007 se cometieron 3.370 homicidios, con un promedio de 9,6 diarios. El año pasado, el promedio fue de 10,8 homicidios diarios. Estas cifras hacen de El Salvador el país más peligroso del hemisferio occidental, con una tasa de homicidios superior a los 50 por cada 100.000 habitantes. (Publicado en EL PAÍS, de España: www.elpais.com ).

Autor: Juan José Dalton
Fecha: 21 de diciembre de 2007.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Las mafias golpean con dureza en Honduras

SAN SALVADOR - El crimen organizado, que ha hecho de Centroamérica uno de los territorios más peligrosos e impunes del mundo, ha asestado violentos golpes en Honduras en menos de 48 horas. Entre el viernes y sábado, los poderosos grupos mafiosos asesinaron en una emboscada a un alcalde y a un juez de instrucción; en otra operación, un grupo mafioso vació la bóveda de un banco en Copán Ruinas, una zona de gran afluencia turística.

El alcalde de Esquipulas del Norte, en la provincia de Olancho, Santos Sebastián Montoya, de 32 años de edad, fue asesinado junto a un juez local que lo acompañaba. Por ahora, las autoridades ignoran el móvil del crimen. Ocurrió en la noche del sábado (hora local), cuando ambos regresaban de una reunión con los alcaldes de la provincia de Olancho, donde se planificó una fiesta navideña para la prensa local, según las emisoras de radio locales. El alcalde y el juez fueron tiroteados en ráfagas en el vehículo que conducían. Sus cuerpos presentaban impactos de balas de distintos calibres. La policía se ha desplegado en la zona para tratar de dar con los asesinos.

Por otra parte, una banda de asaltantes bien organizada robó en la madrugada del sábado 4,5 millones de lempiras (unos 238.000 dólares) de un banco centroamericano ubicado en la zona turística de Copán Ruinas, en el oeste de Honduras. Esta región recibe un gran número de visitantes durante los fines de semana.

Los mafiosos secuestraron primeramente al supervisor del Banco Centroamericano (BAC.Credimatic), Byron Miranda, a quien obligaron a llamar por teléfono al gerente, Marvin Mejía, y a un cajero, Víctor Ramírez, para solicitarles que acudieran a su casa por algo “urgente”.

Cuando ya tenían a los tres empleados secuestrados, los delincuentes los condujeron a la sucursal bancaria, les obligaron a abrir la bóveda y se llevaron el dinero; luego devolvieron a los secuestrados a la vivienda, donde los dejaron maniatados. Las víctimas narraron que los asaltantes actuaron con uniformes policiales y que supuestamente huyeron rumbo a la frontera con Guatemala. (Publicada en EL PAÍS,de España: www.elpais.com ).

Autor: Juan José Dalton
Fecha: 17 de diciembre de 2007.

viernes, 14 de diciembre de 2007

“Los crímenes de lesa humanidad han dejado abiertas las heridas”

SAN SALVADOR - Es belga de nacimiento, alto de estatura y de tez muy blanca, aunque cuando se emociona casi toda la sangre del cuerpo se le sube al rostro. Habla el español-salvadoreño a la perfección y dice que, después de tantos años y “tantas cosas vividas y sufridas” en El Salvador, no hay quien se atreva a señalarlo como extranjero. El sacerdote diocesano Rogelio Poncel (Bruselas, 1934) fue uno de los curas que acompañó a la guerrilla durante la guerra civil salvadoreña. Esquirlas de bombas arrojadas por aviones y tiros “enemigos” le sonaron muy de cerca. Por eso dice: “Me alegro de estar vivo y de poder contar parte de una historia que no debemos olvidar. Dios me quiere mucho para tenerme vivo”.

Poncel llegó a El Salvador hace más de 35 años. Llegó a estas tierras sin hablar español, pero hoy los campesinos le entienden todo porque habla y pronuncia el mismo lenguaje, además de haber compartido con ellos una y mil vicisitudes. “Desde que mataron al padre jesuita Rutilio Grande en 1977, estuve en todos los entierros de todos los mártires de la Iglesia: los padres Navarro y Ortiz; las monjas Maryknoll y monseñor Óscar Romero... Pero en estos días estamos conmemorando 26 años de la masacre de El Mozote, un acto bárbaro que sufrí de cerca”, dice el cura Poncel a EL PAÍS.
Pregunta. ¿Qué fue exactamente El Mozote? ¿Cómo lo recuerda?

Respuesta. A nosotros [la guerrilla] nos avisaron con anticipación de un operativo militar contrainsurgente y que teníamos que emprender la guinda [huida]; pasamos por El Mozote y les dijimos a los pobladores que abandonaran el lugar porque sospechábamos de algo grave. Pero la población decía que se quedaba en sus casas, cuidando sus pertenencias. Llegamos hasta un lugar conocido como Tortolico, a la orilla del río Torola, en el norte de Morazán y por radio nos avisaron de que los soldados estaban matando a todos los pobladores. Era muy triste... Muchos de los combatientes tenían ahí a sus familiares.

P. ¿Qué recuerda de su regreso al lugar?

R. La matanza fue entre el 11 y el 13 de diciembre [de 1981]. Allí asesinaron de la manera más cruel a más de 1.000 campesinos de todas las edades. Hay más de 800 personas identificadas, pero mataron familias enteras. Violaron niñas y mujeres; a los niños y bebés los encerraron en el convento, los ametrallaron y luego incendiaron el lugar; quemaron la iglesia. Era la estrategia de guerra que se basa en aquello de quitarle el agua al pez: el agua es la población; el pez, la guerrilla.

P. ¿Cómo se sintió usted?

R. Fue algo terrible. Sentí rabia, indignación, cólera... Sentí tristeza. Yo conocía a toda esa gente. Allí llegaba a dar misa y sentía alegría. Era una gente muy buena y solidaria. Me daban ganas de tomar las armas, pero los compañeros me decían: aquí hay muchos combatientes y pocos sacerdotes. Fue terrible... Yo venía de Bélgica, donde en una ocasión la policía mató sin querer a un manifestante y el Gobierno se cayó. Pero aquí en horas barrieron las vidas de miles de personas; fue cruel aquello.

P. Usted sigue de párroco en el norte de Morazán. ¿Qué dice la gente sobre El Mozote?

R. Hay gente que quiere justicia, que se castigue a los autores de la masacre; se trata de la gente más consciente y clara. Pero otros se preguntan por qué hablar tanto todavía sobre esto. Lo entiendo, porque la gente necesita seguir viviendo.

P. Y usted, como sacerdote y testigo de aquello, ¿qué cree que debe ocurrir?

R. Tenemos que seguir insistiendo en que debe haber justicia. Fue un crimen horrendo y de tal envergadura que no admite que nos saltemos los pasos necesarios para poder llegar al perdón y la reconciliación. Eso será saludable para El Salvador, porque aquí los crímenes de lesa humanidad han dejado abiertas las heridas. (Publicado en EL PAÍS, de España www.elpais.com )

Autor: Juan José Dalton
Fecha: 13 de diciembre de 2007

jueves, 6 de diciembre de 2007

Rejas de papel en Centroamérica

SAN SALVADOR - Honduras y El Salvador son dos países centroamericanos en los que parece imperar la "ley de la selva" en sus cárceles. Ambos están, no sólo entre los más violentos del mundo, sino entre las naciones cuyas prisiones son verdaderas bombas de relojería. Desde hace tres días, las cárceles están en el punto de mira: fugas, túneles y salidas de reos para cometer delitos por encargo, son parte de la vorágine criminal que impera en las prisiones.

El domingo pasado seis peligrosos reos del Centro Penal de Juticalpa, en la provincia hondureña de Olancho, se fugaron después de haber drogado y dormido a los guardias de seguridad. El hecho fue recogido por los medios de comunicación como "de película". El plan era una fuga masiva pero la policía logró impedirlo. Según las investigaciones, los reclusos encargados de la comida de los guardias colocaron pastillas diazepán para que se durmieran y facilitar así la fuga de seis peligrosos presos condenados por delitos de secuestro, asesinato, tenencia ilícita de armas y robo. El martes se informó de la captura de tres de los fugitivos.

Por si fuera poco, el martes pasado, los mismos vigilantes de la Penitenciaría Nacional, ubicada en la capital hondureña, Tegucigalpa, denunciaron que cabecillas de la banda del crimen organizado salían del penal con permiso de las autoridades penitenciarias.

El actual director y el subdirector de la más importante cárcel hondureña, Aldo Oliva y Luis Alonso Molina, fueron denunciados por varios de sus subalternos, lo cual fue recogido por diversos medios de la prensa local, después de que el domingo pasado fuera asesinado, en circunstancias poco claras, un guardia penitenciario y otro resultara herido cuando custodiaban a un preso que había salido del presidio con permiso especial.

Según las denuncias públicas de los vigilantes penitenciaros, que se han declarado en rebeldía, "muchos de los reos poderosos desfilan por los portones de la Penitenciaría Nacional para realizar compras en los moles centros comerciales], no con vicustodios, sino con seguridad policial [como guardaspaldas], y regresan cargados de bolsas con teléfonos celulares y otros artículos lujosos".

También aseguran, que jefes del crimen organizado que están presos "no ordenan las fechorías desde las cárceles, sino que personalmente salen a dirigir las acciones delictivas, como por ejemplo, el caso del reo Jamal Jousef, que sale en una camioneta de lujo del presidio". Los testimonios de las denuncian aseguran que otros dos presos salieron con permiso y no han regresado al penal. Las denuncias han provocado un escándalo entre la opinión pública hondureña.

Mientras en El Salvador, el martes se descubrieron en la cárcel de Quezaltepeque, en la periferia de la capital, dos inmensos túneles por donde tenían previsto fugarse de forma masiva decenas de presos acusados de pertenecer a las violentas maras.

En lo que va de año se han descubierto a tiempo 18 túneles en distintas cárceles de El Salvador, las cuales padecen graves hacinamientos de reos que doblan las capacidades instaladas. (Publicado por EL PAÍS: www.elpais.com ).

Autor: Juan José Dalton
Fecha: 6 de diciembre de 2007