Pocos intelectuales salvadoreños han sido tan críticos y autocríticos acerca de la realidad en El Salvador, como lo fue Roque Dalton. Su crítica era tan dura como su autocrítica. Quizás esa es la razón por la cual después de 35 años de muerto aún existen sectores “que no lo quieren”, como me decía recién un amigo escritor de la comarca: Miguel Angel Chinchilla.
En la obra de Roque Dalton (1935-1975) podemos encontrar una crítica dura y abierta al sistema vigente, pero esta crítica no es contemplativa, sino que llama a revertir el orden de cosas, a la acción.
Además de su crítica -aún con gran vigencia- al Estado-Nación, está la que se refiere a nuestra cultura, más bien, subcultura, cuando demuele costumbres, tradiciones, padrones y valores. En este aspecto llama sencillamente a una reflexión en contra de nuestras miserias.
...Este país es una espina de acero.
Supongo que no existe sino en mi borrachera...
¿Acaso no es cierto que el país nos duele como ha estado hasta nuestros días? ¿Cómo no va a ser una “espina de acero”, si se premia la voracidad y la violencia por sobre la humildad y la inteligencia? El mismo asesinato de Roque Dalton y la impunidad que rodea este hecho, aún con la propia complicidad de la izquierda local da una medida.
Los hombres en este país son como sus madrugadas:
Mueren siempre demasiado jóvenes
Y son propicios para la idolatría.
Raza dañada.
La estación de las lluvias es el único consuelo.
La relectura la obra daltoniana siempre concluirá en una reflexión y en una búsqueda de ideas para el cambio.
En su obra también encontraremos una autocrítica dura y abierta contra la corrupción, la pasividad, la autocomplacencia, los formalismos y la arbitrariedad existente entre la izquierda actual. Basta leer sus poemas contra la burocracia.
En su obra hay autocrítica al partido, a sus líderes y a la militancia, incluso, a su participación individual. ¿Y por qué no? ¿No es acaso la crítica y la autocrítica un método para el crecimiento y el desarrollo social?
Así pues, creo que el impulso de la crítica y de la autocrítica en el seno de la intelectualidad de nuestro tiempo, de manera dura y abierta, debe ser uno de los homenajes al intelectual revolucionario que era y es Roque Dalton. La lectura contemplativa de su obra es una traición.
Autor: Juan José Dalton
Fecha: 16 de abril de 2007
En la obra de Roque Dalton (1935-1975) podemos encontrar una crítica dura y abierta al sistema vigente, pero esta crítica no es contemplativa, sino que llama a revertir el orden de cosas, a la acción.
Además de su crítica -aún con gran vigencia- al Estado-Nación, está la que se refiere a nuestra cultura, más bien, subcultura, cuando demuele costumbres, tradiciones, padrones y valores. En este aspecto llama sencillamente a una reflexión en contra de nuestras miserias.
...Este país es una espina de acero.
Supongo que no existe sino en mi borrachera...
¿Acaso no es cierto que el país nos duele como ha estado hasta nuestros días? ¿Cómo no va a ser una “espina de acero”, si se premia la voracidad y la violencia por sobre la humildad y la inteligencia? El mismo asesinato de Roque Dalton y la impunidad que rodea este hecho, aún con la propia complicidad de la izquierda local da una medida.
Los hombres en este país son como sus madrugadas:
Mueren siempre demasiado jóvenes
Y son propicios para la idolatría.
Raza dañada.
La estación de las lluvias es el único consuelo.
La relectura la obra daltoniana siempre concluirá en una reflexión y en una búsqueda de ideas para el cambio.
En su obra también encontraremos una autocrítica dura y abierta contra la corrupción, la pasividad, la autocomplacencia, los formalismos y la arbitrariedad existente entre la izquierda actual. Basta leer sus poemas contra la burocracia.
En su obra hay autocrítica al partido, a sus líderes y a la militancia, incluso, a su participación individual. ¿Y por qué no? ¿No es acaso la crítica y la autocrítica un método para el crecimiento y el desarrollo social?
Así pues, creo que el impulso de la crítica y de la autocrítica en el seno de la intelectualidad de nuestro tiempo, de manera dura y abierta, debe ser uno de los homenajes al intelectual revolucionario que era y es Roque Dalton. La lectura contemplativa de su obra es una traición.
Autor: Juan José Dalton
Fecha: 16 de abril de 2007