lunes, 9 de enero de 2012

La audiencia "inicial y final" sobre Roque Dalton

Por Juan José Dalton

SAN SALVADOR – Después de que en noviembre pasado nos vimos obligados a acudir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a demandar al Estado por retardación de justicia por el Caso Roque Dalton, no me imaginé que la Fiscalía mandara a abrir el proceso en el Juzgado Noveno de Paz, este día 9 de enero.

En un principio me sorprendió porque no conocía el requerimiento fiscal; después supimos que la Fiscalía pedía el sobreseimiento definitivo en favor de los sospechosos de ser los asesinos de Roque Dalton, es decir, Joaquín Villalobos y Jorge Meléndez.

¿Lo teníamos previsto? Sí, claro. Incluso el 2 de noviembre decidimos ir la CIDH porque nunca recibimos de parte de la Fiscalía ninguna evidencia de que investigaría los hechos ni menos que interrogaría a los imputados ni a los testigos. No hizo nada.

Argucias y más argucias dentro del sistema vigente para que crímenes como el de Roque Dalton queden en la impunidad; como están el del Arzobispo Oscar Romero y el de los jesuitas asesinados en la UCA.

El principal argumento para no abrir el proceso fue que El Salvador no es suscriptor de la Convención Penal Internacional (Estatuto de Roma) y que el crimen prescribió en 1990, porque los "asesinatos comunes" prescriben a los 15 años.

Hay convenciones interamericanas e internacionales; hay "costumbres" jurídicas internacionales que no se quisieron emplear y que el sistema legal nuestro niega para favorecer a delincuentes.

¿Cómo resumir el caso? Fácil: la Fiscalía decidió abrir el caso, pero al mismo tiempo cerrarlo de manera definitiva. El Juez prefirió correr por ese mismo camino.

Es como decir: si, pero no... Existió el crimen "doloroso" y "condenable", decía el Juez, pero no es de "lesa humanidad" y está prescrito. "Ya no hay nada que hacer y la verdad búsquenla por otras vías..."

Verdaderamente, más que frustrado, derrotado o colérico, me siendo triste y avergonzado de vivir en un país en el que los derechos de la gente no se respetan.

Triste porque esta herida que llevamos desde hace 36 años no se nos sana aún y promete seguir desangrándonos quién sabe cuánto tiempo.

Nuestra posición, sin embargo, es firme. Continuaremos buscando justicia por todas las vías posibles. Voluntariamente los asesinos de Roque Dalton no van a confesar nada, menos teniendo la toalla de la impunidad del Estado encima.

Vamos a apelar internamente y vamos a fortalecer las gestiones internacionales hasta lograr justicia.

A todos nuestros familiares, amigos y compañeros; a todos aquellos admiradores de la obra de Roque Dalton y a la Nación salvadoreña le recalcamos: ¡El asesinato de Roque Dalton no se quedará impune!