Glazer, en un desayuno con empresarios de la Cámara Americana de Comercio de El Salvador (AMCHAM, por sus siglas en inglés), aseguró que “los expertos estiman que el costo del crimen [en El Salvador] alcanza un 11% del producto interno bruto PIB]”, es decir, aproximadamente 1.800 millones de dólares, lo que el funcionario considera un “impuesto escondido” sobre todos los negocios.
En otro punto, dijo el diplomático que su país está ayudando con programas para combatir el narcotráfico y las pandillas y para mejorar los métodos de investigación y las leyes, pero advirtió que “no será fácil. Los recursos son escasos y la voluntad política, aún más”.
Glazer criticó también la corrupción existente en el sistema judicial, algo que ahuyenta al inversor extranjero. A los jueces dijo: “Hay muchos que quieren seguir trabajando con los vicios de siempre”. E hizo un llamamiento al Parlamento, a los órganos judiciales, al Gobierno, a la iniciativa privada y a la sociedad civil a que “den un paso adelante y hagan lo correcto para proteger a su país”.
Se dirigió especialmente a los empresarios, a quienes instó a “tomar una posición de liderazgo” para combatir el crimen que hace de El Salvador la nación más peligrosa del hemisferio occidental, con una tasa de homicidios de 60 por cada 100.000 habitantes, cuando la ONU califica de epidemia las tasas superiores a 10.
Hasta ahora, El Salvador no estaba acostumbrado a escuchar este tipo de críticas, especialmente en la etapa preelectoral que vive el país y en la que un ex director general de la policía, Rodrigo Ávila, se perfila como el hombre fuerte de la oficialista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) en la candidatura presidencial para las elecciones de 2009. Por el momento, el favorito en las encuestas es Mauricio Funes, un reconocido periodista que representa al izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). (Publicda en El País: http://www.elpais.com/ ).
Autor: Juan José Dalton
Fecha: 6 de marzo de 2008