lunes, 12 de enero de 2009

Guerra sucia en la campaña salvadoreña

Por Juan Jósé Dalton (El País)


SAN SALVADOR - La actual campaña electoral en El Salvador atraviesa por momentos de tensión. El asesinato de dos activistas del ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) puede marcar el inicio del retorno a la guerra sucia que impusieron los escuadrones de la muerte y los comandos urbanos rebeldes antes y durante la guerra civil, entre 1980 y 1992.



Según fuentes policiales, en la noche del viernes pasado, en el caserío Las Manitas, en el oriental departamento (provincia) de Morazán, varios hombres fuertemente armados y vestidos con ropas negras -similares a la de las fuerzas especiales de la policía- "llegaron a la casa de los Rodríguez en un vehículo de doble cabina y dispararon indiscriminadamente con armas cortas y de grueso calibre, ocasionándoles la muerte a ambos", es decir, a Maximino Rodríguez, de 26 años de edad, y a su padre, Delfo de Jesús Rodríguez, de 63 años. Este último es veterano de guerra de la antigua guerrilla.



Tras los asesinatos, el FMLN ha llamado enérgicamente al Gobierno, la Fiscalía General y la policía a investigar el caso y dar con los responsables materiales e intelectuales de este doble homicidio, cometido al estilo de los escuadrones de la muerte. Exige también al presidente, Elías Antonio Saca, que actúe "con responsabilidad" y que no continúe "exacerbando la violencia con campañas de desprestigio contra nuestro partido".



El FMLN se perfila como el favorito de los votantes para las elecciones a alcaldes y diputados que se celebrarán el próximo 18 de enero, al igual que para las presidenciales del 15 de marzo.
En estas contiendas electorales, el gran perdedor puede ser la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (Arena), en el poder desde 1989, tras ganar cuatro presidenciales consecutivas, tres de ellas al izquierdista FMLN, transformado en partido legal desde 1992.



Las campañas para las elecciones a alcaldes y diputados y presidenciales están siendo extremadamente agresivas. El procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, Óscar Luna, promotor de un acuerdo contra la violencia electoral, dijo a EL PAÍS que su oficina tiene constancia de entre 15 y 18 actos violentos, en los que han resultado.