miércoles, 6 de agosto de 2008

Honduras: la metáfora de la Cenicienta

Por Juan José Dalton (ContraPunto)
RUINAS DE COPAN – Desde 1981 que atravesé las montañas de Honduras para llegar a los campamentos guerrilleros de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), en Chalatenango (El Salvador), quedé extasiado de la naturaleza de Honduras, incluyendo a su gente bondadosa y desprendida.

No me explicaba por qué los salvadoreños eran tan despectivos con nuestros hermanos “de al lado”. Para muchos, Honduras fue y seguirá siendo “la Cenicienta de Centroamérica”... Mas, el cuento termina en que la Cenicienta se convierte en Princesa. Es como aquella otra metáfora: Fidel nunca se cansó de decirles “gusanos” a todos los cubanos que huían para el Norte. Cabrera Infante se encargó de recordarle que los gusanos se convertían en mariposas...

Pero en fin, este no es un artículo ni una crónica política. Sencillamente un recuento breve de un viaje a las Ruinas de Copán, hace unos días.

A la orilla de Ruinas de Copán, un conglomerado impresionante de arquitectura Maya, hay un pueblo casi encantado que se llama Copán (para variar). Calles empedradas, decenas de hostales, hotelitos y Hoteles Cinco Estrellas; casas coloniales, restaurantes al por mayor y muchas ventas de artesanías.

Es un pueblo apacible, aunque en una ocasión tuve que reportar a El País (diario español) el robo singular a una agencia bancaria, luego que los hampones secuestraran uno por uno a los gerentes de la entidad financiera. Pero fueron decentes: se llevaron el dinero sin causar un solo rasguño a sus víctimas.

Ruinas de Copán es un lugar de “sueños” para cualquier turista. El lugar es conservado muy bien pese a que son centenares de personas que lo visitan a diario; impresiona el orden, limpieza y el conocimiento de los guías: todos hablan varios idiomas y están aprestos para responder cualquier pregunta.

Dentro de poco Copán no tendrá algo que envidiarle a Antigua Guatemala; es más, podrìa ser mejor porque tiene más potencialidad. Para los salvadoreños, saliendo por Metapán y atravesando un breve espacio de Guatemala, queda más cerca que Antigua. La carretera es muy buena y segura, además que el paisaje siempre asombra por su verde y apacibilidad.

Hay otro lugar que de verdad impresiona: La Hacienda San Lucas, que está entre las montañas. Era una antigua hacienda de ganado convertida en Hotel, el cual no tiene más de 10 habitaciones, relativamente a bajos costos. Hay como hacer excursiones por los antiguos senderos en la montaña, los cuales te llevan a ruinas escondidas como el paso de los Sapos.

Al estar en la parte, una especie de mirador, desde donde se divisa Copán Ruinas, el pueblo y el caudaloso río, pensaba para mí: esto es un verdadero lujo que ya no sólo los conquistadores y millonarios se pueden dar. En este hotel la electricidad la da una planta solar. Este es un lugar ideal para el romantisismo, para el reencuentro, para la familia o para estar solo un rato.

Cerca de Copán Ruinas existen parques naturales como un Mariposario, al que no tuvimos tiempo de ir, pero quizá es trate una deuda pendiente y obligatoria que tendremos con esta Princesa llena de mariposas.