lunes, 8 de septiembre de 2008

Condenados al pacto fiscal, dice A. Segovia

Por Juan José Dalton (ContraPunto)

SAN SALVADOR – La película es clara, obvia. El hombre está acorralado y en peligro de morir devorado por los animales salvajes. Está al borde del precipicio, le tiene pánico a la altura; su única salvación es tirarse al despeñadero pero con la suficiente fuerza para caer exactamente en el hilo de agua del caudaloso río al pie de la montaña...


Lo anterior no es una ficción; la humanidad constantemente se enfrenta a desafíos que la ponen entre la vida y la muerte. Se requiere de mente fría y de audacia para salvarse. En la mayoría de los casos se hace Historia. En lo político y en el caso salvadoreño, ¿fue así la decisión de terminar la guerra con un pacto? ¿Será así también llegar al famoso Pacto Fiscal? Nadie mejor que uno de sus artífices para explicarlo: el economista Alex Segovia.


Segovia es el asesor en temas económicos de Mauricio Funes, el candidato presidencial del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), para las elecciones de 2009, las cuales pudiera ganar el domingo 15 de marzo próximo, según lo que hasta el momento indican las encuestas de opinión pública. Pero, lo que Segovia aclara es que “quiera o no y gane quien gane, el Pacto Fiscal se impone”.


¿En qué se basa la reforma fiscal que tienen ustedes como propuesta?

“Hay varias cosas. Primero, por la crisis que ha habido, por la incapacidad del gobierno de llevar adelante una reforma fiscal profunda y ahora con el impacto de la crisis internacional, el próximo gobierno, quiera o no, va a tener que enfrentar el tema fiscal; de lo contrario, vamos a tener una crisis peor, además no se tendría espacio de maniobra para hacer política pública”.


¿Qué quiere decir eso?


“Para ponerlo en términos simples: el próximo gobierno tiene que superar el desafío fiscal porque sino no podrá cumplir sus promesas, ya que se necesitan recursos y en estos momentos el Estado salvadoreño no tiene recursos para iniciar reformas importantes. Pero no sólo eso, tenemos un problema de acumulación de deudas y de pagos pendientes. Y si no se paga caeremos en un “default” –mora- y un problema serio con los organismos internacionales y enviaremos un mensaje pésimo a los inversionistas. Entonces lo que Mauricio Funes propone es que hagamos una reforma fiscal integral”.


¿Qué es lo que eso supone?


“Quiere decir ponernos de acuerdo no sólo en el tema de los ingresos. Eso sería solamente una reforma tributaria. Lo que se necesita es que lleguemos a acuerdos en el tema del gasto, en el tema de la deuda, la descentralización fiscal, la fiscalización y la transparencia. Así, con esos acuerdos, incluidos los ingresos, podremos ir superando los problemas”.


¿Cómo se enfrentaría?


“Lo ha dicho Mauricio. De dos maneras: en el corto plazo, cuando se tomen las riendas del gobierno habrá que tener un programa de emergencia que trate de redistribuir el gasto y ver hasta dónde se pueda redistribuir, y asignarlo a las nuevas prioridades del gobierno. Quiere decir, recortar el gasto superfluo, redireccionar... Desde el mismo inicio se deben mandar señales que impliquen favorecer a la gente más necesitada. Eso es por el lado del gasto. Por el lado de los ingresos una acción frontal para incrementarlos a partir del combate de la evasión, la elusión y el contrabando. Hay estudios que dicen que hay espacios para incrementar los impuestos a través de combatir las diversas formas de evasión o de cerrar los hoyos fiscales. Lo que se necesitará es voluntad política, lo que ha hecho falta en estos años”.


¿Alguna otra acción en el corto plazo?


“Si, claro... Hay que buscar una solución en el tema de la deuda. En el 2011 hay que pagar 653 millones adicionales en pensiones, lo que suma como más de mil millones de dólares que El Salvador definitivamente no va a poder pagar. Esto no se ha resuelto porque no hay consenso de las dos principales fuerzas políticas en el congreso legislativo; no hay consenso sobre el fin y destino del endeudamiento y cómo manejarlo. Hay que hacer acuerdos. Este acuerdo no debería esperar al próximo gobierno sino que hay que hacerlo ya porque estamos en una situación bastante crítica. Si no se resuelve este problema el próximo gobierno encontrará una cartera vacía”.


¿Y el Pacto Fiscal?


“A eso iba. Simultáneamente a esta emergencia se debe convocar a un Pacto Fiscal, para que la sociedad salvadoreña resuelva de una vez por todas este problema: ¿En qué quiere gastar y definir prioridades? ¿Cuánto se quiere gastar en cada área? ¿Cómo vamos a financiar ese gasto? Ya sabemos que el Estado tiene financiamiento de la fuentes internas y de las fuentes externas. En la primera tenemos que ver como se aumentan los ingresos tributarios y en la otra definir la política del endeudamiento externo. Eso es el Pacto Fiscal. En términos simples, que la sociedad se ponga de acuerdo en el origen, destino y en la fiscalización de los recursos públicos”.


¿Sin ese Pacto Fiscal no podemos decir si hay necesidad de incrementar los impuestos?


“Exacto. Por eso cuando me preguntan si el gobierno de Mauricio aumentaría los impuestos, les respondo que es una pregunta que no tiene sentido. Primero habría que preguntarse para qué queremos aumentar los ingresos del Estado. Claro, para pagar y cumplir con lo que dice la Constitución, pero... Pongamos un escenario poco probable: que la sociedad diga que no queremos un Estado grande, que diga: queremos un Estado que gaste poco. Entonces, ¿para qué vamos a aumentar los impuestos? Pero si la sociedad dice: Queremos que el Estado aumente los ingresos para satisfacer necesidades de salud, educación, seguridad...”


Y eso es lo que exige la gente...


“Exactamente. Ahí es cuándo tenemos que discutir. Decimos: queremos gastar en esto y en aquello, entonces es cuando debemos hacer los ejercicios de cuentas. Lo que ha dicho Mauricio es que la apuesta estratégica no es aumentar los impuestos, sino que aumentar los ingresos a través de una reforma administrativa que combata la elusión, la evasión y el contrabando. Todos los estudios dicen que ahí hay un potencial enorme de dinero. Para recuperar ese dinero se necesita voluntad política porque ahí hay privilegios, hay empresas y sectores que posiblemente han tenido compromisos con quienes han gobernado. Pero Mauricio no tiene compromisos con nadie y por lo tanto podemos avanzar. A nosotros los organismos internacionales y empresarios nos cuentan las historias: cómo se evade, quién y cuándo se evade...”


¿Cómo podemos resumir esta parte entonces?


“El planteamiento fiscal tiene: Un programa de emergencia, porque no nos vamos a quedar paralizados esperando que haya acuerdos. La gran lección de Guatemala y de otros países nos dice que el proceso de Pacto Fiscal debe tener fecha de inicio y de terminación porque un gobierno se puede dar el lujo de pasar cinco años discutiendo un Pacto Fiscal. Algunos sectores, como ha sucedido ya en otros países, usan el proceso para darle largas y han paralizado a los gobiernos. Esto se resuelve por medio de la metodología. Entonces, lo primero que tenemos que discutir y llegar a acuerdos es sobre la metodología. Es decir, cada sector llevará sus propuestas; se discutirá si hay garantes o no; cuáles son los temas en agenda... Todo esto es parte del proceso. Si el gobierno de Mauricio logra el Pacto Fiscal, eso será un salto y un avance impresionante para El Salvador y su futuro”.