sábado, 20 de septiembre de 2008

Responsables deben juzgarse: Philippe Texier

Por Juan José Dalton (ContraPunto)

ANTIGUA GUATEMALA – El jurista francés Philippe Texier fue en 1991 director de derechos humanos de la Misión de la ONU para El Salvador (ONUSAL), es decir, un año antes de que terminara la guerra civil. Uno de los más grandes expertos internacionales en temas de reconciliación, afirma que “necesariamente” los criminales de lesa humanidad tienen que ser juzgados, pero sobre el caso salvadoreño no es optimista, dado los intereses políticos que prevalecen.

No es fácil entrevistar a Texier: es un magistrado de la Corte Casación de Francia (equivalente a las cortes supremas en Latinoamérica) y director del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, así como miembro en el Tribunal Latinoamericano del Agua, que sesionó la semana pasada en Antigua Guatemala. Ahí lo encontramos, impartiendo justicia en litigios relacionados con conflictos del agua en territorios indígenas.

Las reflexiones de Texier, uno de los protagonistas “in situ” de los acuerdos de paz de 1992, son materia para el debate que en la actualidad se ha generado en El Salvador sobre el tema de la Amnistía General de 1993.

Después de 15 años de proceso de paz en El Salvador, ¿cómo aprecia al país cuando ha regresado?

Bueno, creo que hay que hacer un balance muy matizado. Los acuerdos de paz, hasta cierta forma, fueron un éxito. Se mejoraron las instituciones, por ejemplo, con la creación de la Policía Nacional Civil (PNC), se hicieron reformas constitucionales, además la guerrilla (FMLN) se transformó en partido político y en las elecciones ha tenido ciertos éxitos con la conquista de alcaldías. En el actual período podría tener un chance de llegar a la presidencia. Todos estos aspectos son un éxito.

¿Cuáles serían los aspectos negativos?

Todo lo que tenía que ver con economía, reforma agraria; los temas socioeconómicos no han evolucionado mucho. Y lo que inquieta cuando uno va a El Salvador es el nivel de violencia. Claro, no es el nivel de violencia de antes, no hay guerra, pero hay una delincuencia común que muchas veces está provocada por el hambre y por la justicia social, lo cual es realmente impactante. San Salvador se volvió una ciudad muy violenta, como otras de América Latina, como Bogotá o México.

La prensa salvadoreña ha publicado recién un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el que se dice que El Salvador está entre los cuatro países más violentos del mundo...

Es muy probable. Hay mucha violencia y con una población civil muy armada y eso es un fracaso. Es decir, las causas profundas del conflicto, que tienen que ver con la injusticia social, no han desaparecido.

¿Tendrá esto que ver también con la impunidad?

Claro que sí. Lo grave es que hubo una Comisión de la Verdad; quiere decir que todo lo que se negaba, como las masacres de El Mozote, del Río Sumpúl y otras, que se negaban o se daban explicaciones totalmente inconvenientes, con el Informe de la Comisión de la Verdad se mostró lo que había pasado. Sin embargo, al mismo tiempo que salió el informe se votaron Leyes de Amnistías. Eso quiere decir que hay una impunidad total sobre los hechos más graves: el asesinato de Monseñor Oscar Romero y tantos más. Es muy necesario que después de un conflicto haya perdón, pero también el pueblo necesita justicia y no hubo justicia. Hubo verdad pero no hubo justicia.

En la presente campaña electoral ha resaltado el tema de la Amnistía de 1993. Mientras la comunidad de derechos humanos nacional e internacional, han exigido la abolición de dicha ley, tanto el FMLN como ARENA, aseguran que abolir dicha ley significará “abrir heridas”. ¿Qué piensa de ello?

Es un fenómeno que ocurre muchas veces. Los más convencidos de anular la amnistía son las víctimas, los familiares de las víctimas. No hay que olvidar que el FMLN y ARENA votaron la amnistía hace 15 años. ¿Por qué van a tener que cambiar ahora? Pero no hay que olvidar que el deseo de justicia de la gente es más fuerte que los cálculos políticos. Es lo que ha pasado en Argentina, cuando 20 años después se anularon las leyes de amnistía y finalmente ahora hay muchos generales en procesos. No se si es factible que pase eso en El Salvador, donde lo más probable es que los partidos políticos ganen. Yo no considero que se trate de abrir llagas, sino de dar una consecuencia a lo que ha pasado.

¿Cree que para construir una democracia real habrá que revelar la verdad, llevar juicios y que haya también un perdón social?

Debe haber un perdón, pero los hechos más graves que se asimilan a crímenes de lesa humanidad: tortura sistemática, desapariciones y ejecuciones sumarias, todo eso debe ser juzgado, al menos los principales responsables. Que haya una amnistía para los intermediarios, para gente que estuvo en el movimiento es admisible, pero los responsables tendrían que ser juzgados. Lo más probable es que no pase eso en El Salvador, porque los cálculos políticos serían más fuertes que el afán de justicia de las víctimas.