SAN SALVADOR – Cambios, adaptaciones, transformaciones son conceptos aplicados en la actualidad por los grandes conglomerados capitalistas en El Salvador, especialmente después de la venta de la banca a grandes trasnacionales financieras.
¿Ha habido cambios? ¿Hasta dónde? ¿Qué es ahora la oligarquía? ¿Cómo se prepara a los cambios políticos en Centroamérica? En torno a ello ha girado la entrevista que ContraPunto tuvo con el destacado economista local Alfonso Goitia, investigador de los Grupos Económicos de Poder en El Salvador.
Este tema es abierto al debate y apreciamos que se torna inagotable.
¿Se han dado realmente cambios fundamentales en el gran capital salvadoreño después de la venta de los bancos?
“Bueno, creo que las estructuras de poder del gran capital se mantienen; otra cosa es que ellos hayan modificado las actividades en las cuales han concentrado su poder económico. Desde el momento que el gran capital, después de 1989 construyen todo una economía montada sobre la base de los conglomerados financieros, entonces logran hacer su poder clave a partir del sistema financiero.
Pero una vez que capitalizan, acumulan y concentran riqueza en todos estos años, se deshacen de los bancos, de las estructuras financieras en su totalidad, y los venden a trasnacionales financieras grandes. Pierden esa parte, pero el capital obtenido por la venta no sólo de los bancos, sino de otras empresas, como Agrisal, que vende la empresa cervecera y de bebidas, lo han trasladado a otras actividades que también les dan poder.
Estos capitales se han ubicado en actividades inmobiliarias, en el comercio, importaciones y en actividades de turismo, donde están penetrando fuertemente. Así también hay un esfuerzo en la regionalización de estos capitales a nivel centroamericano. Es decir, han cambiado los giros hacia sectores en los cuales ellos creen que van a obtener muchas ganancias”.
¿Es un cambio grande?
“Si, quizás se concentren también en sectores como transporte, logística. Es decir, todo esto responde al rediseño de la economía que se ha hecho en todos estos años: hacer una economía de servicios, comercios, importaciones; un centro logístico. Ahí es donde se van a concentrar porque es más fácil obtener ganancias y a corto plazo. Estos empresarios salvadoreños han estado siempre en esa lógica, ir por lo más rentable con menos costos.
Por eso fue abandonada la agricultura...
¿Pero lo que está sucediendo no es como una anti-lógica capitalista? Se entiende que el sistema financiero es como el superpoder del capital, pero cómo es que aquí se deshacen del sistema financiero?
“Bueno, yo no veo ninguna dificultad para que ellos mismos funden nuevos bancos. De hecho hace poco se aprobó el mecanismo para que sociedades cooperativas financieras no bancarias se puedan convertir en bancos con capitales menores al de los bancos trasnacionales. Por lo tanto, el mecanismo está dado para poder hacer otros bancos.
Yo sé que hay interés de volver a hacer otra banca. Sé del interés de un sector vinculado a lo que fue el grupo Cuscatlán de crear otro banco aquí, aunque también sé que acaba de comprar un banco en Miami”.
¿Eso como grupo Cuscatlán?
“No, no como grupo Cuscatlán, sino a nivel más personal. Estamos hablado del grupo Cristiani”.
¿Por qué volver otra vez a la banca?
“Porque se han encontrado que en los bancos trasnacionales ya no es tan fácil tener acceso al crédito como lo hacían anteriormente cuando eran dueños de los bancos y tenían todas sus empresas articuladas y entre las cuales rotaba todo el dinero. Ahora enfrentan el problema que no tienen acceso fácil a grandes créditos”.
Se sabe que las trasnacionales pagaron mitad en efectivo y mitad en acciones de sus propias empresas por los bancos comprados. ¿Eso les ha dado poder extra?
“Bueno, sí, pero en todo caso son accionistas minoritarios. El problema ahorita, con la crisis económica internacional, es que muchas de las acciones de estos bancos trasnacionales se han devaluado drásticamente. Están en riesgo o ya han perdido en estos bancos”.
Como sabemos, en El Salvador a la oligarquía se le identificó “Las 14 familias”, luego como “Grupos Financieros”... ¿Cómo se les pude identificar ahora? ¿Existen todavía?
“Sí, yo creo que siguen existiendo los grupos, unos siete quizá, que como sabemos tienen sus figuras claves: en el Cuscatlán está Cristiani; en el Agrícola están los Krite, los Dueñas; en los Robles, están los Poma; en el Agrisal está la familia Meza...”.
¿Cómo los calificarías: oligarquía, grupos oligárquicos...?
“El concepto que yo tengo es de Grupos Económicos de Poder. El concepto de oligarquía está relacionado con lo agrario, pero con control de otras áreas económicas. Es un concepto más tradicional. También se ha hablado de Oligarquías Financieras o Argollas Financieras. Pero creo que son Grupos Económicos de poder muy fuertes y que tienen influencia en el Estado. El problema es que ahora tienen un conflicto grande por el control del Estado.
El hecho de haber perdido el control de estructuras claves financieras, los hace más frágiles ante la competencia de otros grupos que se van formando. Por eso es importante para ellos tener el control del partido ARENA, que es lo más viable para tener el control del poder del Estado. Pero otro grupo económico, quizás no muy poderoso, pero que cuyos representantes han estado en el gobierno, se han impuesto en el partido ARENA. Durante todo este tiempo han estado con el control del partido y con el control del Estado para sus intereses. Por ello se privatizó la banca; se privatizaron otras estructuras del Estado, se abrió la economía y se ha legislado a favor de los comerciantes e importadores”.
¿Qué pasa con estos grupos de poder cuando están llegando partidos de izquierda a los gobiernos, incluso aquí en Centroamérica?
“Estos grupos tienen que adaptarse a los cambios que se están operando en América Latina. En El Salvador, igual. Tienen que entender que a lo largo de estos años no lograron construir una economía estable y dinámica ni condiciones económicas adecuadas. Es escenario actual muy delicado. No sólo es responsabilidad del partido ARENA, sino también de estos grupos económicos.
Entonces tienen que entender que deben preocuparse más de cómo desarrollar más y mejorar las condiciones de vida de la gente. Así que si en el caso de El Salvador llega el FMLN al poder, deben adaptarse a búsquedas comunes y de consensos. Esa estabilidad les garantizaría también sus beneficios.
Ahora ellos dicen que están de acuerdo con la economía social de mercado, cuando nunca fue su visión. Esta es también una gran preocupación de los grandes grupos empresariales de América Latina”.
“Bueno, yo no veo ninguna dificultad para que ellos mismos funden nuevos bancos. De hecho hace poco se aprobó el mecanismo para que sociedades cooperativas financieras no bancarias se puedan convertir en bancos con capitales menores al de los bancos trasnacionales. Por lo tanto, el mecanismo está dado para poder hacer otros bancos.
Yo sé que hay interés de volver a hacer otra banca. Sé del interés de un sector vinculado a lo que fue el grupo Cuscatlán de crear otro banco aquí, aunque también sé que acaba de comprar un banco en Miami”.
¿Eso como grupo Cuscatlán?
“No, no como grupo Cuscatlán, sino a nivel más personal. Estamos hablado del grupo Cristiani”.
¿Por qué volver otra vez a la banca?
“Porque se han encontrado que en los bancos trasnacionales ya no es tan fácil tener acceso al crédito como lo hacían anteriormente cuando eran dueños de los bancos y tenían todas sus empresas articuladas y entre las cuales rotaba todo el dinero. Ahora enfrentan el problema que no tienen acceso fácil a grandes créditos”.
Se sabe que las trasnacionales pagaron mitad en efectivo y mitad en acciones de sus propias empresas por los bancos comprados. ¿Eso les ha dado poder extra?
“Bueno, sí, pero en todo caso son accionistas minoritarios. El problema ahorita, con la crisis económica internacional, es que muchas de las acciones de estos bancos trasnacionales se han devaluado drásticamente. Están en riesgo o ya han perdido en estos bancos”.
Como sabemos, en El Salvador a la oligarquía se le identificó “Las 14 familias”, luego como “Grupos Financieros”... ¿Cómo se les pude identificar ahora? ¿Existen todavía?
“Sí, yo creo que siguen existiendo los grupos, unos siete quizá, que como sabemos tienen sus figuras claves: en el Cuscatlán está Cristiani; en el Agrícola están los Krite, los Dueñas; en los Robles, están los Poma; en el Agrisal está la familia Meza...”.
¿Cómo los calificarías: oligarquía, grupos oligárquicos...?
“El concepto que yo tengo es de Grupos Económicos de Poder. El concepto de oligarquía está relacionado con lo agrario, pero con control de otras áreas económicas. Es un concepto más tradicional. También se ha hablado de Oligarquías Financieras o Argollas Financieras. Pero creo que son Grupos Económicos de poder muy fuertes y que tienen influencia en el Estado. El problema es que ahora tienen un conflicto grande por el control del Estado.
El hecho de haber perdido el control de estructuras claves financieras, los hace más frágiles ante la competencia de otros grupos que se van formando. Por eso es importante para ellos tener el control del partido ARENA, que es lo más viable para tener el control del poder del Estado. Pero otro grupo económico, quizás no muy poderoso, pero que cuyos representantes han estado en el gobierno, se han impuesto en el partido ARENA. Durante todo este tiempo han estado con el control del partido y con el control del Estado para sus intereses. Por ello se privatizó la banca; se privatizaron otras estructuras del Estado, se abrió la economía y se ha legislado a favor de los comerciantes e importadores”.
¿Qué pasa con estos grupos de poder cuando están llegando partidos de izquierda a los gobiernos, incluso aquí en Centroamérica?
“Estos grupos tienen que adaptarse a los cambios que se están operando en América Latina. En El Salvador, igual. Tienen que entender que a lo largo de estos años no lograron construir una economía estable y dinámica ni condiciones económicas adecuadas. Es escenario actual muy delicado. No sólo es responsabilidad del partido ARENA, sino también de estos grupos económicos.
Entonces tienen que entender que deben preocuparse más de cómo desarrollar más y mejorar las condiciones de vida de la gente. Así que si en el caso de El Salvador llega el FMLN al poder, deben adaptarse a búsquedas comunes y de consensos. Esa estabilidad les garantizaría también sus beneficios.
Ahora ellos dicen que están de acuerdo con la economía social de mercado, cuando nunca fue su visión. Esta es también una gran preocupación de los grandes grupos empresariales de América Latina”.