martes, 29 de abril de 2008

Motín sangriento en Honduras

SAN SALVADOR -Autoridades y especialistas en violencia no se cansan de repetir que “las cárceles en Centroamérica son una bomba de tiempo”, pero poco o casi nada se hace para evitar los estallidos, como el último que ocurrió el sábado pasado en el penal de San Pedro Sula, al norte de Honduras, donde nueve reclusos fueron asesinados con salvajismo. Otros dos presos prisioneros están heridos, tras un episodio que se investiga entre pandilleros de las maras y miembros de otras bandas criminales.

Las víctimas mortales fueron identificadas como Roberto Arturo Contreras —conocido como El Chele Volqueta—, Ángel Alberto Martínez, Ricardo Mejía Lara, Jesús Ramírez, César Núñez, Carlos Alberto Rodas, Moisés David Rojas, Osman Joel García y Santos Alexánder Rodríguez Castillo.

De acuerdo con el comisionado Abraham Figueroa Tercero, de la policía de San Pedro, el enfrentamiento se originó cuando un reo identificado como Johnny Antonio Jiménez, alias El Inmortal, disparó a El Chele Volqueta. Tras el crimen, los dos grupos de los que formaban parte la víctima y el agresor se liaron en combate cuerpo a cuerpo, armados de cuchillos y machetes.

Peleas por el control de la cárcel

Las imágenes de televisión mostraban los corredores ensangrentados de la cárcel. La policía se hizo más tarde con el control del penal, que alberga a 3.000 internos y está ubicado en el centro de San Pedro Sula, la ciudad industrial de Honduras y la más violenta del país.

Las autoridades indicaron que las peleas son frecuentes entre los grupos de mareros activos y de aquellos que en la cárcel renuncian a las maras. Ambos pelean por el control de la cárcel. Son hechos también frecuentes en las cárceles de El Salvador y Guatemala, donde hasta el 40% de la población reclusa pertenece a las maras. Las cárceles centroamericanas tienen una superpoblación mayor del 50%, así como altos niveles de ociosidad, insalubridad y corrupción administrativa, según estudios de la Fundación para el Estudio y Aplicación del Derecho de El Salvador (Fespad).

El enfrentamiento entre los reclusos se protagonizó el sábado por la tarde y en horario de visitas. Cientos de personas se encontraban en el interior de la cárcel, pero no se registraron heridos entre los visitantes, aunque si “mucho terror e incertidumbre”, según relató un testigo.

Los Comandos de Operaciones Especiales del Ejército y la policía preventiva lograron penetrar en la zona de la revuelta, neutralizaron a los presos y tomaron el control del penal.

La policía estima que la muerte de El Chele Volqueta fue motivada por “encargo” de sus enemigos, que “ofrecían dinero para liquidarlo”. Este preso, consta en los informes policiales, habría colaborado para que en junio de 2006 se fugaran cuatro miembros de una banda mafiosa a la que se acusaba de haber secuestrado y asesinado a un hijo del ex presidente hondureño Ricardo Maduro. En abril de 1997 fue secuestrado y posteriormente asesinado Ricardo Maduro Andreu, de 25 años de edad.


El ministro de Seguridad de Honduras, Jorge Rodas Gamero, se trasladó en horas de la tarde del sábado al penal, suspendió temporalmente al director del mismo, el subcomisario Nazir López, y nombró una comisión para investigar los hechos, entre ellos, la evidencia de armas en el interior de la cárcel. (Publicado en El País: http://www.elpais.com/ ).


Autor: Juan José Dalton

Fecha: 28 de abril de 2008